Ana Raquel Leiva




Osama, the King. 2019

Testimonio del reino de adobe que Osama construyó en la ciudad de Valencia

-

Testimony of the adobe kingdom that Osama built in the city of Valencia


El 1 de noviembre de 2018 me acerqué por primera vez a las casas de adobe que veía cuando pasaba en bicicleta. Me recibió amablemente Osama, me invitó a pasar, a sentarme y desde su mirador contemplar las plantaciones de maíz. En una mezcla de idiomas y signos me contaba cosas de un lugar llamado Agbadé. Días más tarde regresé. Osama construía una nueva casa, ladrillos de tierra y agua levantaban muros sobre un intrincado trazado arquitectónico. Continué visitándolo con cierta frecuencia. Un día, Osama escribía la historia de su reino sobre madera como otros graban sus méritos sobre placas de bronce, y otro día acuñaba monedas con su rostro o formaba ejércitos que defenderían al universo del mal y las injusticias. En otra ocasión Osama moldeaba bolas de poder que protegía cuidadosamente bajo tierra, allí donde habitan los ancestros, que como rey que es siente tan cercanos. Nosotros estas cosas no las entendemos. Días más tarde regresé y Osama no estaba; tampoco sus casas, su reino, su historia.


-

November 1st, 2018 I approached for the first time the mud houses that I used to see when I rode by on my bicycle. I was kindly received by Osama, who welcomed me inside, invited me to take a seat and behold the cornfields. In a mixture of different languages and signs, he told me about a place called Agbadé. Days later, I came back. Osama was building a new house, with walls made of mud bricks rising over an intricate architectural layout. I continued to visit him with moderate frequency. One day, Osama was writing the history of his kingdom on wood like others engrave their merits on bronze plates. Another day, he minted his face on coins, or raised armies that would defend the universe from evil and injustice. On a different occasion, Osama was molding balls of power, which he carefully protected underground, where the ancestors lie, to whom, as a king, he feels so close. We’re unable to comprehend these things. Days later, I returned, but Osama wasn’t there; neither were his houses, his kingdom, nor his history.